Columna de Karina Pittini*, Trainer ICC de Uruguay, en el periódico ‘El Observador’ – 3 de abril, 2019
Los momentos más importantes
El valor de las experiencias es inagotable. Se alojan en nuestras memorias, se activan con vivencias similares y también cuando con voluntad las buscamos.
Es probable que si te pregunto por ese cumpleaños de tu infancia que te encantó, te afloren memorias de la experiencia en sí y es probable que ni te acuerdes de los regalos que recibiste. Justamente porque se trata de experiencias.
Basado en este funcionamiento las empresas buscan generar experiencias a sus clientes para lo cual activan una serie de mecanismos dirigidos a ofrecer lo que sus consumidores valoran. Sin olvidar la magia que genera la sorpresa.
Expertos comenzaron a aplicar estos mismos conceptos a la experiencia de los colaboradores y afirman que la ecuación genera impactantes retornos. Las experiencias positivas de los clientes aumenta el loyalty en un 17% y el revenue en 11%. Empresas cuyos colaboradores destacan experiencias espectaculares, atraen y retienen talento, aumentan la productividad y tienen tan alto retorno que impacta en su performance financiera, llegando a superar el 122% en el índice de S&P 500 según Glasdoor study. La rentabilidad aumenta al menos 21% y por eso, 51% de quienes gestionan empresas líderes, planean crear experiencias individualizadas para sus colaboradores, con la convicción que son una ventaja competitiva, tal como revela una investigación de Accenture Strategy. En Uruguay también es posible y de hecho sucede; el desafío está en integrarlo a la estrategia del negocio.
En mercados globalizados donde la tecnología facilita el trabajo remoto, en empresas que integran diversas generaciones, enfoques y contratos de trabajo y un sin fin de formas que cada vez más exigen creatividad y transformación, los colaboradores están en el centro de la mira. Es necesario articular intereses de las empresas y las personas.
Hace unos días escuché a un gerente despotricar de los Millenials y al comentarlo con una referente HR Manager su respuesta fue: ¡pobre, está complicado y estará peor! Sin dudas la incapacidad para escuchar e integrar coloca a los ejecutivos en una posición de alta desventaja. Aquellos que logren articular la diversidad y centrarse en un liderazgo que valora y capitaliza, tendrán resultados destacados.
Y una de las claves está en generar experiencias. Hay que trasladar los mismos criterios que se aplican a los clientes, con la certeza que generarán compromiso, fidelidad, motivación y productividad además de atraer y promover talento. El tipo de experiencias valoradas se relacionan con potenciar a las personas e impulsar su crecimiento a nivel personal y profesional.
Cada organización tiene el desafío de diseñar cómo lo hará, sabiendo que la respuesta la tienen sus propios colaboradores. ¡Es necesario escuchar! Algo que parece sencillo y para lo que estamos dotados biológicamente y que sin embargo, son demasiadas las ocasiones en que lo pasamos por alto: oímos y nos escuchamos en nuestro propio diálogo interno que nos da nuestras mismas respuestas una y otra vez.
En las organizaciones se deben considerar algunos aspectos al momento de crear experiencias que inspiren a las personas para dar lo mejor de sí mismas, aseguran los resultados de la investigación Accenture Strategy.
– Hiper-personalización como sello distintivo, entregando experiencias a medida. Implica segmentar en clusters para tener certeza qué quiere cada uno y poder diseñar un plan estratégico que contenga acciones valoradas. Tres cosas a tener en cuenta: 1) aceptar que los colaboradores conocen el tipo de experiencias que potenciarán su compromiso y productividad. 2) usar técnicas analíticas y la escucha social, para entender las necesidades, preferencias, actitudes, intenciones y motivaciones. 3) incorporar la tecnología para anticipar necesidades, generar experiencias, sistematizarlas y personalizarlas.
– Capitalizar “Momentos de la Verdad” de los clientes en “Momentos que Importan” de los colaboradores. La sugerencia es que los recursos humanos generen experiencias estándares vinculadas al ciclo de vida del colaborador, como el reclutamiento, la incorporación, la capacitación, la promoción, y aún la desvinculación y jubilación. Que estos “Momentos que Importan” sean en el momento justo y alcancen la vida personal como el nacimiento de un hijo.
De la misma manera que los clientes son leales a las marcas en gran medida por su gente, es la interacción humana con los líderes, entrenadores y compañeros lo que está en el corazón del compromiso y la productividad. Se trata de fortalecer experiencias humanas desde una cultura de colaboración con un liderazgo empoderador. Los datos que proporcionan las investigaciones, son coincidentes en que HR juega un papel fundamental promoviendo que las personas asuman capacidades de recursos humanos y generando que cada líder asuma las responsabilidades de crear la cultura necesaria para obtener resultados deseados. La participación debe ser de todo el negocio.
Licenciada en Psicología, postgraduada en Psicología Cognitiva, postgraduada en Psicología de la Conducta y Comportamiento, Certificada como Coach Ejecutiva, Certificada como Coach de Equipos, una de las 44 Entrenadoras Oficiales para el mundo de ICC – International Coaching Community – Certificada como entrenadora de los programas internacionales Lambent. Entrenadora, conferencista, columnista en medios escritos, coach ejecutiva y de equipos, profesora de la escuela de negocios ESAI. Desarrolla personas, equipos y organizaciones, a través de la consultoría, la asesoría y el coaching, a nivel nacional e internacional.