por Karina Pittini, ICC Trainer en Uruguay
Hace años comenzó un proceso que hoy está instalado y continuará afianzándose, generando nuevos cambios y desafíos en el mercado laboral, sustentados en valores sociales.
Desde entonces, periodistas, investigadores, consultores, gerentes y empresarios, nos cuestionamos: ¿qué motiva los rápidos cambios laborales?
• Los motiva la posibilidad de desarrollo profesional y personal, basado en capacitación y planes de carrera.
• Los motiva la posibilidad de respetar su calidad de vida.
Si bien en algunos casos el factor de decisión podría ser la remuneración, es una variable que no garantiza permanencia. La búsqueda de calidad de vida permanecerá. Cuando el trabajo es también fuente de realización, la motivación de cambio o permanencia está directamente ligada a las variables mencionadas.
Las nuevas generaciones que ya están en el mercado laboral y nosotros mismos, nos atrevemos a vivir nuestros valores en nuestro trabajo, en nuestras profesiones, en nuestros desempeños, en nuestra vida.
Queremos crecer, desarrollarnos, desplegar nuestras capacidades y potencialidades en congruencia con lo que valoramos.
¿Qué buscamos como organizaciones y como líderes en nuestros colaboradores?
De una manera resumida, podemos destacar: habilidades específicas según la posición, orientación y logro de resultados, responsabilidad y compromiso, “palabras mágicas”, buen nivel de actividad, buen relacionamiento… y esto, prácticamente para todas las posiciones.
A medida que avanzamos en responsabilidad, agregamos la pro-actividad, la capacidad de negociación exitosa, la capacidad para solucionar conflictos, la creatividad e innovación para instalar mejoras competitivas, la capacidad para liderar personas y procesos, el despliegue de potencialidades, determinación, talento…
¿Qué permite a los líderes captar, comprometer y fidelizar a los colaboradores?
Es simple y complejo a la vez. Implica adaptación y transformación según el nuevo paradigma. Donde se visualicen los requerimientos del mercado como oportunidades y no como problemas. Gestionando al capital humano desde los valores.
Son líderes exitosos quienes:
• Logran articular funciones de liderazgo y dirección sobre la base de la estrategia.
• Se orientan según la visión y misión y son estrategas. Pilares del mapa de ruta.
• Se comunican desde lo pro-positivo en los diversos canales, formales e informales.
• Motivan y se auto-motivan para la acción. Crean valor.
• Unen y conforman equipos exitosos. Base del alto desempeño.
• Desarrollan sus habilidades y competencias y también las de sus colaboradores, enfocados en aquello que la organización y las personas requieren para ser aún mejores.
• Estimulan la responsabilidad y con esto el compromiso y la acción.
• Atienden a los fines y también a los medios.
• Entrenan para la calidad, invierten tiempo en esto. Mejoran la productividad.
• Lideran desde el ejemplo, el optimismo y la congruencia. Generan confianza.
• Desde el presente, se centran en el futuro y la trasformación.
• Son hábiles y logran adaptarse.
• Son respetuosos y recurren a la sinergia de las diferencias.
• Expresan claramente qué, cómo, para qué y cuándo.
• Tienen como consigna el aprendizaje y la generación del mismo. Clave del desarrollo.
• Tienen conocimiento de sus creencias, las limitadoras y las potencializadoras, así como los valores personales y organizacionales. Combustible de la acción.
• Dan feedback orientados a objetivos. Estimulan el desempeño.
El líder es, en función de sus liderados. Ellos son quienes lo definen, dan sentido y realidad. A su vez el líder colabora directamente en la motivación, satisfacción y nivel de desempeño de sus colaboradores y de la cultura organizacional.
Es importante preguntarnos ¿Dónde queremos estar como organizaciones y personas en ellas? ¿Qué líderes queremos ser? ¿Queremos mantenernos y quizá por un tiempo tener éxito siendo solamente ejecutivos? ¿Queremos concentrarnos en los problemas y en la carencia? ¿Queremos encontrar las responsabilidades en los otros?
O en su lugar…
Decidimos innovar, generar y mantener cambios pro-positivos, desplegar capacidades y potencialidades, crecer y hacer crecer, posicionarnos cada vez más alto siendo responsables y actores de lo que nos proponemos.
Los desafíos actuales no tienen precedentes e involucran los valores, la ética, la responsabilidad social, el compromiso, la acción y el desarrollo. Si visionamos así el mercado, estaremos alineados y preparados para el éxito en todos los ámbitos.